La belleza es un tema que inquieta a cualquier mujer, incluso a esas que no les gusta arreglarse mucho o no se arreglan en absoluto. Algunas se vuelven locas por lucir bien y otras se ven amenazadas por no cumplir con esos requisitos. Hace un par de días comentaba con una amiga que últimamente he bajado de peso muy rápido y que quería engordar porque sino sentía que iba a desaparecer. Luego ella me decía que le pasaba totalmente lo opuesto a eso. Entonces eso me dejó pensando que a veces las mujeres no estamos realmente conformes con nuestra apariencia.
Creo que a la mayoría nos pasa que si nos vemos en un espejo, de repente pensamos que sería bueno cambiar algo. Unas quieren ser más delgadas y otras más voluptuosas. Otras quieren tener ojos claros y el pelo de cierta forma. Esto pasa cuando nos vemos al espejo y nos medimos según los patrones de belleza existentes en el mundo. Hay tantos modelos de belleza circulando en facebook, twitter, snapchat, instagram y pinterest que de repente se nos olvida el patrón de Dios.
¿Qué tal si el espejo fuera Dios? ¿Cómo te verías? ¿Serías capaz de reclamarle en la cara porque te creó así? ¿Serías capaz de decirle que quieres cambiar algo de tu físico? ¿Que te diría él a través del espejo?
Creo que a veces nos enfocamos mucho en lucir bien y cuando no cumplimos esos estándares vienen los problemas mentales, psicológicos y hasta nutricionales. Si Dios nos hablara a través de ese espejo estoy segura que nos dijera que nos preocupemos más por cuidar la belleza interior.
¿Por qué queremos lucir bien? ¿Para ser aceptadas y encajar en algún lugar? Dios ya nos aceptó y nos recibió en su familia y nos cuida como joyas preciosas en sus manos.
¿Para qué deseamos vernos bien? ¿Para quienes queremos ser perfectas? ¿Para provocar envidia en las demás chicas? ¿Para que un chico nos mire y nos acepte? Fuimos creadas a imagen y semejanza de Dios. Somos el resultado de la creatividad de sus manos y lo mejor de todo es que somos únicas, no hay copias. Se trata de un diseño exclusivo en toda la tierra. Y con respecto a lo que los hombres puedan pensar, creo que la persona correcta te va a amar y aceptar por dentro y por fuera. Va a amar toda tu persona, toda tu esencia…no sólo una parte de ella.
Así que la próxima vez que te veas al espejo, recuerda que eres creación de Dios, eres hermosa, eres única y vas a serlo aun más si cuidas tu belleza interior.Ese es el patrón de Dios: menos apariencia y más corazón, menos superficialidad y más trabajo en un espíritu agradable a sus ojos. Y cuando digo menos apariencia no me refiero a que debes arreglarte menos o que es malo arreglarse. De hecho cada mujer es libre de arreglarse y cuidarse todo lo que quiera, pero lo más importante es la belleza interior. Al final el maquillaje se va, el metabolismo cambia, la piel se arruga, el cabello se cae y pierde su color. Pero una mujer con un corazón entregado a Dios permanecerá hasta la eternidad.
1 Pedro 3:3-4 (NTV)
<< No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. 4 En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios.>>
Díscipulo Joven 