Esfuerzos que no valen la pena

caminando-por-la-playa

Me tomó tiempo poder comenzar y terminar esta publicación, ya que este año me vi muchas veces sumergida en la rutina de cada semana y estaba descuidando mi relación más importante. Hablo de ese momento en el que crees estar haciendo todo bien y de repente Dios ya no parece tan importante. Poco a poco comienzas a tratar de manejar las cosas por tu cuenta y como todo va excelente, crees que está bien vivir así. Hablo de ese momento en el que no tienes muchos problemas o cosas muy serias con las cuáles lidiar y Dios como que pasa a otro plano. De repente, Dios va dejando de ser atractivo y ahora te preocupas más por cumplir con tus responsabilidades y mantener contentas a las personas que esperan mucho de ti.

Hablo de ese momento en que parpadeas por un segundo y volteas tu mirada hacia algo que llamó tu atención. Es entonces cuando comienzas a despegarte poquito a poquito, y ya no vas en el camino indicado. Pero como crees que eres muy inteligente y tienes el control, no pasa nada si te mueves un poco. Aunque estás muy consciente de lo que ocurre, piensas que mientras veas la orilla del mar todo estará bien y no pasará nada. Sin embargo habrá un momento en el que vas a levantar tu mirada, y la orilla ya no estará a tu alcance. ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a luchar contra la corriente? ¿Vas a gritar para pedir ayuda? ¿Cómo vas a regresar?


Este año me di cuenta que cualquier tipo de esfuerzo que hagas, si lo haces en tus fuerzas será en vano. Cualquier proyecto que emprendas si lo haces en tus fuerzas, será en vano. Te vas a cansar, te vas a desgastar, te vas a desesperar, te vas a sentir vacío y te vas a hundir más. No esperes a estar con el agua hasta el cuello, recurre a Dios. Si no sabes como resolver algo, deja el orgullo a un lado y recurre a Dios. No te escondas, no tengas pena…simplemente recurre a Dios. Si tienes dudas sobre alguna decisión que debes tomar, recurre a Dios. Si desde hace días estás luchando contra una situación difícil, recurre a Dios. Si las cosas van de maravilla, también recurre a Dios. Si tienes abundancia de cualquier tipo, necesitas sabiduría para administrar eso así que recurre a Dios.

En este fin de año, te quiero dar un consejo simple pero efectivo: YA NO HAGAS MÁS ESFUERZOS EN VANO, RECURRE A DIOS. No importa las mil metas que te propongas para este 2017, no importa todo el dinero y tiempo que piensas invertir para lograr tus objetivos…si no recurres a Dios, eso va a fracasar. Necesitas de Dios todo el tiempo, y es por eso que él  ha dejado su Espíritu Santo para guiarte en cada aspecto de tu vida. Esa guía sólo se obtiene orando. Esa guía sólo se consigue al pasar tiempo con Dios, no existe otra fórmula. No permitas que la rutina y los problemas del día a día roben tu atención y te hagan olvidarte del dador de la vida. Es por ÉL que estás aquí, es por ÉL que pudiste vivir un año más.

No dejes que nada ni nadie te desenfoque. Necesitas de él tanto en los días oscuros como en los días gloriosos. Así que sigue adelante con tus proyectos pero recurre a Dios siempre. Basta de promesas y esfuerzos en vano, recurre a Dios. No lo dejes fuera, ÉL sabe lo que es mejor para tu vida. Créeme, valdrá la pena.

¡FELIZ AÑO NUEVO, FELIZ 2017!

Deja un comentario